La pandemia creada para la COVID19 está revisando todos los protocolos que hasta ahora se venían poniendo en marcha en la sanidad pública y en otros ámbitos de la sociedad. Uno de ellos se centra en cómo conseguir un transporte de pasajeros con garantías sanitarias adaptadas a la minimización de los riesgos ante los variantes actuales más contagiosas. En recientes estudios se están evaluando la capacidad de las mascarillas quirúrgicas y FFP2 como elementos de protección y se está apuntando como un elemento clave su correcta utilización por parte de los usuarios. Así en uno de los artículos que nos parece de los más extensos en la temática Rothamer et al. 2020 se muestra como un mal ajuste de las mascarillas reduce su efectividad.
Ante esta situación, el proyecto Mask3D4All se ha presentado al concurso mundial lanzado en la TechChallenge por parte de TSA para proponer los modelos de mascarillas como elementos de autoprotección no solo válidos para los puntos calientes sanitarios, sino también para la mejora de la protección de los operarios y de los propios pasajeros durante los viajes en avión, barco o vehículos sobre ruedas.
En el siguiente vídeo presentado a la convocatoria lo explica el Dr. José Reyes Moreno mostrando como se podría conseguir mejorar la eficiencia de una mascarilla quirúrgica evitando malas colocaciones gracias a una mascarilla 3D con posibilidades de personalización.